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Nuestras historias | Preparación de la temporada de extinción aérea de incendios

Con la llegada del verano europeo, decenas de bases de bomberos de España, Italia y Portugal vuelven a estar preparadas. Las tripulaciones y las aeronaves se preparan para los meses de alto riesgo que se avecinan.

La extinción aérea de incendios es una de las misiones más peligrosas de la aviación de servicios de emergencia. Las tripulaciones vuelan a baja altura, a menudo en terreno montañoso, con visibilidad oscurecida por el humo, altas temperaturas y múltiples aeronaves operando en el mismo espacio reducido, lanzando pesadas cargas de agua sobre incendios forestales de comportamiento impredecible, todo ello sin perder de vista a las brigadas de bomberos de tierra.

Los riesgos están siempre presentes y los protocolos de seguridad se refuerzan continuamente. Durante los preparativos de pretemporada, las cuadrillas de Avincis se reúnen para revisar los procedimientos, perfeccionar los protocolos, volver a conectar y compartir aprendizajes y experiencias. Alrededor de 500 personas participan en nuestras operaciones de extinción de incendios en el sur de Europa y Chile: pilotos, ingenieros, mecánicos, personal de logística y planificadores de operaciones. La formación es de suma importancia y comienza meses antes de los primeros incendios forestales, con pilotos que utilizan simuladores y realizan vuelos reales y ejercicios con brigadas de bomberos y Bambi Buckets para aviones de ala rotatoria, y carruseles de recogida y lanzamiento en lagos y ríos cercanos para nuestra flota de Canadairs anfibios de ala fija que bombardean agua.

La extinción aérea de incendios es la segunda actividad más importante de Avincis, después de los servicios de ambulancia aérea y helicópteros de emergencias médicas. Con una flota de más de 70 aeronaves -unos 50 helicópteros y más de 20 aviones-, transportamos brigadas de bomberos a la primera línea de los incendios forestales, apoyamos vuelos de reconocimiento y vigilancia (incluso con aeronaves sin tripulación) y lanzamos agua desde helicópteros ligeros a pesados, desde Airbus AS355 a Bell 412 y Super Pumas, capaces de liberar entre 500 y 3.500 litros de agua. Desde hace más de 20 años, operamos con Canadairs CL-215 y CL-415, este último siempre disponible para su despliegue desde Italia a los países vecinos en el marco del programa europeo de protección civil RescEU.

En los últimos años, las temporadas de incendios han empezado antes y han durado más. Según los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, 2022 y 2023 fueron las peores temporadas de incendios forestales de las que se tiene constancia. España registró más de 300.000 hectáreas quemadas en 2022, la cifra más alta de la UE ese año y casi el triple de la superficie quemada anual media del país en la década anterior. En Italia ha aumentado la intensidad de los incendios en las regiones meridionales y centrales, debido a las prolongadas sequías. Portugal se enfrentó a intensos incendios durante periodos inusualmente calurosos, con más de 100.000 hectáreas afectadas.

En todos estos países, la combinación de cambio climático, despoblación rural y acumulación de combustible ha aumentado drásticamente el riesgo de incendios forestales. La flexibilidad, la movilidad y la preparación a principios de temporada se han vuelto esenciales. Lo que ardió el año pasado puede que no vuelva a arder, pero lo que nunca ardió antes puede que sí: el comportamiento de los incendios está cambiando y los mapas históricos de incendios ya no ofrecen una orientación fiable.

En 2024, la flota global de extinción de incendios de Avincis registró más de 8.500 horas de misiones de extinción de incendios, más de la mitad de las cuales fueron voladas por nuestros Canadairs en Italia y en misiones RescEU en Grecia y Albania.

Ingeniería en primera línea

La preparación de la temporada de extinción de incendios aéreos es metódica. Cada helicóptero y avión se somete a una serie de inspecciones, mejoras y calibraciones adaptadas al perfil de la misión.

Los preparativos comienzan en cuanto termina una temporada. Los helicópteros Super Puma regresan al centro de mantenimiento, reparación y revisión (MRO) de Avincis en Albacete, España. Nuestra flota de Bell 412 se divide entre Alicante, también en España, y nuestro centro portugués de MRO en Salemas, Lisboa.

Los aviones Canadair no son una excepción. La flota española de CL-215, que opera en Portugal desde hace dos décadas, se mantiene en nuestro tercer centro de mantenimiento español de Salamanca. La flota italiana de CL-415, la mayor del mundo, se mantiene al 100% de disponibilidad desde nuestra base de Ciampino, desde donde se despliegan a seis bases operativas en la Italia continental y las islas de Sicilia y Cerdeña.

Personas detrás de la respuesta

Las aeronaves no son ni mucho menos el único equipo que se tiene en cuenta durante los preparativos estacionales. Los Bambi Buckets -cubos plegables suspendidos bajo los helicópteros para recoger y arrojar agua- son esenciales para la extinción de incendios. La inspección, reparación y preparación de más de 140 de ellos se lleva a cabo en el taller de Bambi Buckets de Avincis en Alicante.

El equipo mantiene 16 modelos diferentes, con capacidades que van de 450 a 5.000 litros, incluidos los modelos MAX de última generación, que requieren un mantenimiento especializado. Antes de que cada cubo vuelva a una base de incendios, se inspecciona a fondo para garantizar que, bajo presión, los pilotos y el personal de tierra puedan confiar en el rendimiento del equipo. «Con vidas y bosques en juego, no se puede desperdiciar ni una sola gota de agua», afirma Luis Miguel, uno de los técnicos de taller de Bambi Bucket de Avincis.

Los manuales de mantenimiento oficiales no son la única fuente de conocimientos técnicos. Durante la temporada de incendios, los técnicos de Avincis recorren más de 8.000 kilómetros apoyando a los equipos de extinción y recopilando información para mejorar los flujos de trabajo fuera de temporada. «Cuando surge un problema y nos llaman de una base de extinción remota, nuestro objetivo no es sólo solucionar el problema y dejar el equipo listo para su uso, sino también entender por qué ha ocurrido y evitar que se repita», continúa Luis Miguel. Estos conocimientos suelen dar lugar a nuevos procedimientos, protocolos de seguridad y mejoras de los procesos que se introducen cada año.

Formación, formación, formación

La formación para la extinción de incendios forestales va mucho más allá del dominio de los controles de vuelo. Se trata de prepararse para el entorno real de los parques de bomberos, donde el trabajo en equipo lo es todo.

Las tripulaciones de helicópteros de extinción de incendios de Avincis realizan ejercicios de pretemporada junto con las tripulaciones de tierra. La coordinación entre los equipos aéreos y terrestres es esencial, especialmente durante las inserciones en caliente, en las que las brigadas de bomberos desembarcan con el equipo a cuestas mientras los rotores siguen girando por encima. Los pilotos se entrenan repetidamente para realizar aterrizajes precisos en terrenos accidentados y lanzar agua en condiciones de viento y calor que cambian rápidamente.

Tanto si pilotan un Airbus Super Puma de carga pesada como un ágil Bell 412, los pilotos deben dominar la navegación aérea, evitar peligros, seleccionar lugares de aterrizaje seguros y no preparados para evitar caídas de tensión, y dominar los lanzamientos de agua tanto en terreno llano como en pendiente utilizando Bambi Buckets.

«No importa cuántas horas tengas, cada temporada es diferente y empieza con la formación. El fuego no perdona los errores, la única manera de estar preparado y mantenerse alerta es entrenar como si fuera real», dice Albert Martínez, piloto instructor de Bell 412 responsable de la formación de las tripulaciones más jóvenes.

«Intentamos simular todo lo que puede ocurrir en una misión real», añade, incluida la avería de un cubo de agua. En ese caso, el piloto debe planear a muy baja altura, posar suavemente el Bambi Bucket en el suelo y volcarlo para vaciar más de media tonelada de agua antes de retomar el vuelo con seguridad. «Es una situación poco frecuente y parece fácil de resolver, pero puede ser muy estresante durante la extinción de un incendio», concluye.

Un compromiso permanente

La dimensión humana de la operación es igualmente vital. En tres países, cientos de profesionales se incorporan a sus rutinas estacionales: los pilotos vuelven a sus puestos, los equipos de mantenimiento aceleran las revisiones de componentes y los equipos logísticos se abastecen de repuestos y combustible.

La preparación no termina en el hangar. Cada temporada de lucha contra incendios trae consigo una colaboración renovada con las autoridades nacionales y regionales de lucha contra incendios: nuestros clientes. Se revisan los planes de coordinación de las misiones, se reactivan las bases y se ultiman las rotaciones de las tripulaciones. Con operaciones que abarcan tres países, la adaptación de los procedimientos a los diversos protocolos nacionales y geografías es una parte compleja pero esencial de la actividad previa a la temporada.

La memoria de las temporadas anteriores determina la planificación actual. Cada misión volada, cada aterrizaje de emergencia o cada incidente cercano se convierte en parte de una memoria operativa compartida. Los equipos revisan los informes de incidentes y las lecciones aprendidas para mejorar las tácticas futuras. La seguridad es primordial y sigue siendo nuestra prioridad número uno.

A medida que se establecen los calendarios definitivos y se colocan las aeronaves en sus bases, se va creando una tensión silenciosa. Cuando llegue la primera llamada, las tripulaciones estarán listas para responder. En Avincis, la preparación no es sólo una temporada, es un compromiso de todo el año.